El psiquiatra Eduardo Jesús Aguilar (d), y el director de Informativos de 8 Mediterráneo, Vicente Climent. EFE/Ana Escobar

La persona con tendencias suicidas duda hasta el final, por eso es fundamental «ganar tiempo»

València (EFE).- La persona con tendencias suicidas es «ambivalente» hasta el último momento, duda si cometer esa acción e incluso llega a arrepentirse, por ello es fundamental «ganar tiempo» para que pueda contemplar otras alternativas.

Así lo han puesto de manifiesto los psiquiatras Jesús Enrique Mesones y Eduardo Jesús Aguilar durante la mesa «La prevención del suicidio es posible», en el marco del EFE Fórum «Nuevos retos en salud mental tras la dana», organizado por la Agencia EFE con la colaboración de Johnson & Johnson y 8 Mediterráneo.

La depresión está presente en la mitad de los suicidios

Hay una muerte por cada treinta intentos de suicidio, según los expertos, y aunque que hay un «efecto contagio» también se puede prevenir cuando se comunica de manera adecuada y de forma positiva: «Más que salvar vidas, en realidad ayudamos a que la gente salve sus vidas».

Según Mesones, jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital de Torrevieja, docente en la Universidad Católica de Murcia y vicepresidente de la Sociedad Española de Suicidología, «simplemente escuchando a las personas que tienen esa clase de problemas podemos hacer muchísimo desde nuestras consultas, hacer una intervención sin ser un súper especialista».

A su juicio, las personas que se suicidan «quieren dejar de sufrir, muy pocos lo hacen de una manera consciente y detrás de cada suicidio normalmente hay una patología mental», y añade que la depresión está presente en la mitad de los suicidios.

Los afectados también acuden al médico de Atención Primaria, por lo que Eduardo Jesús Aguilar, psiquiatra en el Hospital Clínico de Valencia, docente en la Universitat de València e investigador en Cibersam e Incliva, indica que los médicos de Atención Primaria son los que deben lograr en esos 10 minutos de atención al paciente «la información suficiente para poder hacer la primera entrada».

Ambivalencia hasta el último momento

La persona que se suicida «está ambivalente hasta el último momento», señala Mesones tras explicar que, por ejemplo, personas que se intentan suicidar lanzándose desde un puente cuentan que se han arrepentido en el último momento. Por ello, señala, «en el momento de la intervención aguda lo fundamental es ganar tiempo para que puedan contemplar otras salidas».

También Aguilar considera que es importante entender que la conducta suicida «aunque sea crónica, es característicamente fluctuante» y en Urgencias «saben que si dan el tiempo suficiente hay una subida y una bajada».

La intención de la persona suicida no persigue quitarse la vida sino acabar con una situación que considera insuperable
La intención de la persona suicida no persigue quitarse la vida sino acabar con una situación que considera insuperable.- EFE /Rafa Alcaide

Según Mesones, hay una «cronoterapia», un tiempo de espera en el que una persona con inclinación suicida que ha tenido un intento y está en Urgencias tiene la oportunidad de ser tratada: «Tenemos la oportunidad de poder abordarla y debemos tener la capacidad, el entrenamiento y la formación suficiente para asistirla».

Según Mesones, los únicos tratamientos que han demostrado que pueden ayudar en la prevención de la conducta suicida son las sales de litio para los pacientes con trastorno bipolar, la clozapina, un antipsicótico atípico para personas con esquizofrenia, y la esketamina para los casos de depresión, a lo que ha añadido que un estudio llevado a cabo en varios centros españoles refleja la eficacia de este fármaco para en la mejora del pensamiento suicida, lo que resulta muy prometedor.

Tasa de suicido de un 2 %

Según explica Mesones, puede haber factores que aceleren esa decisión, como una pérdida, una ruptura de pareja, una crisis existencialista, un abuso o un maltrato. Muchas circunstancias que pueden hacer que la persona «se plantee que esa ayuda que le va a llegar no merece la pena», aunque matiza que «afortunadamente no todas las personas que piensan en el suicido lo hacen, la tasa es del 2 %».

Estado del interior de una de las aulas del Instituto Alameda de Utiel (Valencia)
Estado del interior de una de las aulas del Instituto Alameda de Utiel (Valencia), tras la dana. EFE/Villar López

El 70 % de las personas que se suicidan son hombres y el 30 %, mujeres, algo para lo que puede haber muchas razones, según explica Aguilar, que indica que hay que ver cómo evoluciona «y que no suban las tasas de las mujeres, sino que bajen la de los hombres», además de que gracias a la innovación de compañías como las que patrocina este evento podemos contar con herramientas para prevenir y tratar el suicidio.

Dana y suicidio

A juicio del vicepresidente de la Sociedad Española de Suicidología, catástrofes como la dana, en las que se genera una sensación de «unidad» y la necesidad de ayudar a los demás, «protegen en un primer momento» a las personas que están pensando en suicidarse.

«Ha hecho que muchas personas hayan podido desechar esa idea y se hayan puesto a ayudar a familias, pero es una percepción mía, no va a haber dato de eso», indica Mesones, quien añade que «a futuro, si aumenta la enfermedad mental, va a ir arrastrando los suicidios».