Alfredo Valenzuela | Sevilla (EFE).- Los guionistas de series de televisión Javier Holgado y Susana López Rubio han escrito a cuatro manos -tal y como trabajan en sus historias para la pantalla- una novela de intriga que, según han explicado a EFE, «se sitúa entre Agatha Christie y ‘La Gran Familia'».
«El misterio de la turista que murió dos veces» (Espasa) alcanza las setecientas páginas porque también es heredera del folletín -en el mejor sentido del término, aclaran siempre con humos sus autores- y porque contiene un homenaje «desde el respeto y con todo el cariño» a la legendaria actriz y cantante Marisol, en el personaje ‘Mary Luz’.
No obstante, el protagonista de la novela, según han explicado sus creadores, se sitúa en las antípodas del detective torturado, solitario y algo alcohólico tan propio de la novela negra, ya que es un padre de familia ejemplar que, médico forense de profesión, deja que sus siete hijos y su mujer le ayuden a resolver los misteriosos casos con los que se enfrenta.
«La va a sonar algo extraño… pero yo estoy enterrada en ese cementerio» es una de las frases con las que autores y editorial han tratado de atrapar al lector amigo de los misterios, hasta el punto de que Holgado y lópez Rubio han coincidido en señalar que su mayor aspiración es que el lector intervenga en la lectura de la novela como «el octavo hijo» del doctor Lucio Garza, investigador que ya protagoniza una segunda novela y del que se anuncian otros casos.

Hábito de guionistas
Holgado y López Rubio hacen gala de un humor permanente y de una risa contagiosa, también para responder a preguntas como cuál es el secreto de escribir a cuatro manos, cuando el de escritor es uno de los oficios más solitarios:
«Llevamos un montón de años juntos haciendo guiones y hemos cogido el hábito, de modo que nos leemos la mente y aplicamos las técnicas del guión a la novela, hemos pensado la estructura de cada capítulo y luego nos los hemos dividido para escribirlos», han contado los autores de guiones como ‘Perder el juicio’, ‘La templanza» o ‘Los misterios de Laura’.
«Llevamos tantos años escribiendo para que se vea en imágenes y, por deformación profesional, con la novela hemos hecho lo mismo; veíamos la escena y después la escribíamos», ha explicado Holgado, mientras que López Rubio ha añadido: «La imaginación del lector es la pantalla más generosa del mundo, porque leer y luego imaginar es lo mejor».
«Nos gustan las mismas cosas, leemos el mismo tipo de literatura, vemos las mismas series y tenemos las mismas fobias, que eso también une mucho, de modo que tramando y estructurando nunca discutimos sino que aportamos, y nunca tenemos sensación de atasco, porque estamos acostumbrados a escribir un capítulo para televisión en diez o doce días», ha asegurado Holgado, mientras López Rubio corroboraba plenamente: «A las musas no hay que esperarlas, hay que cogerlas por los pelos».
Marisol y el tardofranquismo
El personaje de Mary Luz, inspirado en Marisol es lo que los guionistas conocen como «un giro», ya que no aparece hasta bien avanzada la novela y se trata de un homenaje en toda regla porque han recogido muchas cosas que la propia Marisol ha contado en entrevistas de hace mucho tiempo.
Además de este homenaje y del «misterio principal», la obra posee otras tramas sentimentales, mucho humor, cierto aire nostálgico y numerosas alusiones al tardofranquismo -la acción transcurre entre 1969 y 1970-, un periodo en el que políticamente estaba todo controlado en un país al que llegaban grupos como ‘Beatles’ y ‘Rolling Stones’, además de los jipis, mientras que las playas se llenaban de biquinis.
Y un personaje que es capaz de leer «El Jarama» por amor, una circunstancia, ha explicado Holgado que lejos de funcionar como una advertencia de que su literatura se halla en las antípodas de la del maestro Rafael Sánchez Ferlosio, está hecha con todo el respeto, ya que ambos autores son fervorosos lectores de otras de sus obras como «Alfanhuí».
Sobre cómo atrapar al lector, Holgado ha dicho que «para que una novela atrape al lector tiene que tener giros y cebos muy plantados para que hagan pasar páginas», mientras que López Rubio ha sentenciado con lo que no se debe hacer al ponerse a escribir: «No hay que copiar nunca, ni ir a rebufo de las modas». EFE